Eres como el vino que nunca tomaré
Las locuras de un niño que me ha cambiado
Tus frescos labios se han alejado
Fue tan breve el instante que no recuerdo si solo lo he soñando
Y es que aún no olvido cada noche en la que me leías un cuento al anochecer
Tus palabras devoraban el tiempo
Y el eco de tu voz resonaba como música en mi corazón.
Saber que tu música era la música que yo amaba
Tus ideales son gotas de lluvia que yo añoraba
Tu felicidad aquello que creí que me ayudaba
Serías perfecto si no te hubieras ido... Abraham!
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